En 1955, el italiano Giuseppe Ferrara, propietario de la empresa renovación de neumáticos Ferrara Brothers, identificó que 40% de los neumáticos recibidos por su empresa eran rechazados por el equipo técnico, que alegaba la existencia de daños que no se podían reparar.

A partir de entonces, Giuseppe se dedicó a solucionar este problema. Después de 3 años de estudio, él notó que no había ninguna opción disponible en el mercado, y que sería necesario diseñar una nueva tecnología.

Solamente en 1983, después de 28 años de investigación, Giuseppe consiguió colocar a prueba todo su esfuerzo, e inició la fabricación de un nuevo material de reparación para la empresa Fergom SpA. El resultado fue un éxito absoluto, consiguiendo salvar decenas de carcasas de neumáticos de la pila de desecho.